lunes, enero 21, 2008

LOS TEOCON: CASPA A LA ESPAÑOLA



Una rancia dama con aspecto de institutriz victoriana y un mediocre actor de Hollywood mutado en político descerebrado son los supuestos padres e ideólogos del mayor cáncer que padece el mundo en las últimas décadas: el neoconservadurismo.

Sin embargo ni Reegan ni Tatcher inventaron nada, se limitaron a aplicar las insidiosas políticas económicas que hace siglos ya teorizaron desde Adam Smith hasta Stuart Mill, sin olvidarnos de Malthus. Ese sistema en que el estado desaparecía para dejar en manos de la iniciativa privada casi todo, sin importar que el pueblo se muriera de hambre o no hubiera sanidad, esas cosas no se tenían en cuenta en el liberalismo económico.

La receta que iba contra todos los logros alcanzados en la lucha obrera y el estado del bienestar simplemente fue rescatada desde la oscuridad de los tiempos por ese par de bobos gangrenosos.

Pero por desgracia para ellos las masas del siglo XX no eran las del XVIII y no se iban a dejar arrebatar sus derechos tan afanosamente conseguidos sin más. Y el ejemplo no cundió. El resultado es que tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos tienen una sanidad pública miserable y unas prestaciones sociales de país tercemundista. En el resto del mundo lo esquivamos por ahora.

Cuando el mediocre actor fue retirado por alguna enfermedad y el marimacho de hierro se jubiló el mal parecía desaparecer. Pero solo estaba escondido. Bastaron unos pocos años para que otros dos memos ocuparan su lugar, Bush hijo y Blair padre (de todos los tontos). Resucitó el liberalismo, había nacido el neoconservadurismo.
Sus señas de identidad, un salvaje liberalismo económico, desaparición del estado del bienestar y un extremo sentido del puritanismo ultracristiano.

Nada nuevo, el problema es que ahora sí exportaron el modelo, con pintorescos tonos locales como Berlusconi, incompetencia de país bananero como Durao Barroso en Portugal, o nuestro admirado Aznar, el saca rincones de la historia, el quinto Beatle, el hombre de la providencia, centinela de Occidente, el hombre que pudo reinar y si nadie lo remedia, el marido de la alcaldesa de Madrid.

Como España es diferente le hemos dado al movimiento Neocon un matiz diferencial. Hemos caído, país de extremos, en el talibanismo radical. No es que Runsfeld o Bush o Condolezza no sean unos meapilas que rezan todo lo rezable antes de hacer algún pequeño genocidio aquí o allá, o una matanzilla en Abu Graib o Guantánamo, es que los neocon españoles van más alla.

Desde ese extraño y pintoresco sentido de que todo lo que es España es gracias a la santa y católica madre iglesia pues todo debe girar en torno a su santo mensaje. Nunca, desde los tiempos de los tecnócratas del Opus en los gobiernos de Franco, la iglesia católica española había tenido tanto poder político.

Y no todo es achacable a su poder de movilizar masas. Ni Losantos es Joel Osten, el telepredicador estrella de América, ni Rouco puede soñar con la mitad del poder que tiene Jan Paulsen, el presidente mundial de la Iglesia Adventista, y sin embargo su influencia es mayor, y todo porque nuestros neocon son una panda de talibán de sacristía (feliz expresión de Luis del Olmo), lo que les convierte más bien en teocon, los más ultras de los ultras, más papistas que el Papa.

Todo ese poder tocó a rebato cuando perdieron las elecciones, todo estaba atado y bien atado y sin embargo falló. Los poderes fácticos, prensa, jueces, empresarios, iglesia se unieron en fuerte abrazo al pobre Maricomplejines (feliz expresión de Losantos) y a toda su coherte de teocons, la Espe, Acebes, Zaplana, Sorayita etc.

Y el objetivo es volver al poder, eliminar lo que quede del estado del binestar, volver a los decretazos en el nombre de la economía y su salud, como el de los salarios de tramitación que solo con una huelga general se pudo superar, y a que vayamos mucho a misa y a las procesiones y seamos muy buenos, porque a esta paso la Iglesia será lo único que quede de libre acceso, todo lo demás, la sanidad, la educación, el ocio, de pago y solo para ricos teocons.

Cuando votemos pensemos en lo que se nos viene encima si está Rouco en el gobierno, si el modelo de lo que es democracia lo tiene que establecer García-Gasco, cardenal de Valencia, si la información la controla Losantos, si la economía la va a dirigir un personaje siniestro como Pizarro, si la justicia estará en manos de García Calvo, juez del Constitucional y gobernador civil de Almería con Franco.

Si los neocon son para echarse a temblar, los teocon son como para rezar a ese dios que no existe, pero la guerra que da...