martes, octubre 16, 2007

LA MALA MEMORIA



Hay quien se rasga las vestiduras y se echa ceniza en la frente cuando oye a un ex ministro del PP decir que el franquismo fue un periodo de "extraordinaria placidez".

Y hay obispos, Cañizares, de esos orondos, que declara que la Ley de la Memoria Histórica es "innecesaria" y solo predice desgracias y enfrentamientos.

No, no es bueno que se recuerde que colegas de Cañizares saludaban a la romana al Caudillo antes de meterle bajo palio a la catedral de Toledo en las fiestas del Corpus. Ni que otros colegas obispos, de esos orondos, que presidían consejos de guerra en los que se asesinaba a miles de personas.

Y claro que debe traer enfrentamiento, quien lo duda, el que se acuerde uno de quien fundó el PP, un tal Fraga, que se sentaban en consejos de ministros donde se asesinaba gente.

Qué plácida era la vida en el franquismo, se iba a misa, como Dios manda, y se fusilaban solo a los rojos, a los maricones, a los ateos y a los masones, como el abuelo de Zapatero.

No hay que recordar, en eso les doy la razón, a los que aún duermen en fosas comunes y esperan justicia, ni en los que arruinaron su vida, como a mi abuelo, que no era masón, pero era republicano, aunque católico, que con eso salvó su vida, pero no su hacienda, ni burló a su destino de muerte por cirrosis, que solo con alcohol se superaba el asco de esa España negra, sucia, cristiana y "plácida".

Lo mejor olvidar, y si recordamos, a todos, como si los asesinatos de la República no hubieran sido ya lanzados al orbe con todo lujo de detalles. Y dice la ley que también se revindique la memoria de los religiosos asesinados por los rojos, como si fuera necesario, como si no tuvieran todos ya calle, plaza, monumentos, como si no hubieran sido ya supercanonizados, superbeatificados, supervitaminados y supermineralizados. Cuanto santo hay ya y que poca santidad.

Pues eso, que es malo recordar, cubramos todo con una manta gruesa, echemos tierra, más, y vendamos mala memoria antes que memoria histórica, que de olvido en olvido ha germinado esta España nuestra, y así nos va...

2 Comments:

Blogger Avellaneda said...

En primer lugar, un placer leer un nuevo post aquí. Y ahora mi "disertación" :-p

Cubrir, olvidar los muertos incómodos y mantener las placas de los muertos "heróicos" en las iglesias de nuestros pueblos (incluso se pide su canonización!) es simple y llanamente, un insulto.

Aun no entiendo qué hay de malo en recuperar la memoria, en recuperar esa parte de la historia que SI ocurrió, pese a quien le pese. ¿Que es un punzón en el pasado plácido de algunos? Siento mucho que su fina piel y su sensibilidad fariseica se resienta pero, dicen, "La verdad os hará libres"
Yo quiero la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad, todas las partes de verdad.
Un día tuve una discusión con un familiar con respecto a esto la ley de la memoria histórica, Mi familiar estaba categóricamente en contra porque "era revolver los huesos y los odios enterrados" "¿Qué odios?" le pregunté "¿No tienen derecho los familiares de esos desaparecidos a honrarles? ¿de saber dónde están enterrados?¿no tengo yo derecho a conocer esas historias?"
Su respuesta fue "Tu cállate porque no tienes ni idea, no viviste esa época y no puedes saber lo que es eso"
Por eso pido la recuperación de esa memoria, tengo derecho a saber.

14:11  
Blogger Tamara said...

Me ha gustado mucho este post, Miguel. Además de lúcida, tu voz es la de muchos. Cuando se habla de memoria histórica, muchos dicen que muertos hubo en los dos bandos. Que no sólo mataron los fascistas. Vale, pero hay una gran diferencia que tú destacas muy acertadamente. Los muertos llorados por el Régimen han tenido su calle, plaza, altar, día, misa, tumba, nicho, pensión y reconocimiento. ¿Y los otros? El silencio, abandono y ostracismo...y después de tantos años, la represión.
Recuerdo en un reportaje que leí hace tiempo sobre la magnífica labor de la Asociación por la Memoria Histórica, que se explicaba la paradoja que se producía en un pueblo en el que estaban enterrados varios soldados italianos que vinieron a apoyar al bando nacional y cayeron como mártires. Les habían construído hasta un cementerio específico para honrar su memoria, mientras que los propios lugareños fusilados por esos mismos italianos estaban en paradero desconocido. Sin derecho a una tumba, un nombre, ni una dignidad en la tierra en que nacieron, trabajaron, amaron y soñaron.
Hace poco estuve en Roma. Hay una iglesia ubicada en la Isola Tiberina que te recomiendo visites cuando vayas, Miguel, para que termines de confirmar tu ateísmo. Hay varias capillas, dos de ellas dedicadas a los mártires caídos por el nazismo, por el comunismo (sí, se habrán hecho muchas barbaridades en su nombre, pero el mero hecho de unir el nazismo con el comunismo me dieron ganas de vomitar). Bueno, pues en la tercera capilla nos encontramos con una sorpresa: "Mártires de España". Se trataba de un cura que había muerto durante la Guerra Civil, a manos del ejército republicano.
No tengo la menor idea de quién era ese hombre, si fue bueno, malo o regular, pero si sólo él tiene derecho a tener una capilla en la capital de la cristiandad...los demás tenemos derecho a reconocer a las víctimas, a enterrarlas, a conocerlas, a saber, como bien dice Merche. Porque sólo llamando a las cosas por su nombre es como nos sirve la Historia.
Perdón por la extensión, pero ¿ves cómo tienes que escribir más a menudo?
;-D

19:18  

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