miércoles, julio 11, 2007

DOLORES


El letargo de la memoria nos aparta del pensamiento a figuras inmensas como Dolores Ibarruri, La Pasionaria.

Se propuso no ha mucho buscar una mujer que poner en las monedas de euro, como desagravio y para compensar la vipsania del Borbón. Y entre los nombres que se discutieron, Clara Campoamor, Concepción Arenal, Victoria Kent, Rosalía de Castro, se olvidó a una mujer inmesa que llenó con sus reaños su biografía y dejo una huella imperecedera, sobre todo en estos tiempos de ministrillas del tres al cuarto, como Carmen Calvo, tarde recuperaste la cordura Zapatero, o viragos con correajes de falangista a guisa de ropa interior, como Esperanza Aguirre.

La primera vez que oí hablar de La Pasionaria fue en mi niñez, cuando mi padre, que la conoció siendo él muchacho, y Dolores mandaba la defensa del frente en el Puerto de Somosierra, el pueblo de mi padre, contaba cosas de ella mitad respeto mitad miedo.

Era una mujer tremenda, y su figura con el uniforme de partisano, canana al cinto y dos pistolones ponía firme a cualquiera. Pero a su vez era culta, a pesar de que su humilde orígen y condición femenina le condenaba de principio al analfabetismo.

Y también era práctica y consecuente. Mantuvo viva la llama de la utopía en el duro exilio soviético, y en la clandestinidad de París supo imponerse a Líster, a Modesto, a Carrillo, y vivió para volver a España, y ser de nuevo diputada, más de cuarenta años después.

Una mujer con mejor tino político que Negrín o Largo Caballero, otro gallo le hubiera cantado a la República con ella al frente. Aunque quizás la suerte era demasiado adversa como para que ningún espíritu, por indomable que fuera, pudiera cambiar el rumbo del destino.

Pero no debemos permitir que caiga en el olvido esta gran mujer, esta gran española, patriota con mayúsculas, estadista con principios, de las últimas personas que guardó su orgullo en una ideología y supo mantenerlo intacto.

Gracias a ella sigo siendo comunista y me enorgullece serlo. En estos tiempos convulsos de peleas de gallinas viejas por dame esa concejalía que tanta indignidad hace recaer en Izquierda Unida, solo la sombra de los grandes como Dolores, nos mantiene a tantos la llama encendida. No permitamos que se pierda también, sería una pérdida irrecuperable...

1 Comments:

Blogger Tamara said...

La Pasionaria ha sido, es y será siempre un ejemplo de lo que se puede conseguir con voluntad, fuerza inmensa y decisión. Porque ser una mujer íntegra, luchadora y fiel a unos principios en los que creyó de forma rotunda, es admirable. Pero serlo en una época en la que ser mujer suponía reducirte a un tercer plano es muy distinto. Ver el mundo desde la trastienda sólo deja una opción: patear con furia los prejuicios milenarios (incluídos los de los compañeros de partido), toda una montaña de inseguridades y represiones malditas, hasta situarte en primera línea de frente. Y ésto sólo lo consiguen los más íntegros, unos pocos, aquellos de los que tenemos tanto que aprender y, sobre todas las cosas, intentar no olvidar nunca. En estos tiempos de fragilidad y pies de barro frente a las ideologías, decir "voto comunista" es poco menos que mentar al diablo. Bueno, pues me quedo con el diablo.

14:36  

Publicar un comentario

<< Home