domingo, enero 25, 2009

ATEO POR LA GRACIA DE DIOS


Yo pecador, confieso que no creo en dios, pero puede que exista.

Es el placebo de tanta mente vacua a la que el miedo a vivir reduce a la condición de oveja de rebaño. Si dios de verdad no existe seguro que se le crea para que siga fecundando el negocio.

A los que aburra mi monomanía y mi permanente recurrencia a la estafa que es la fe en general y el cristianismo en particular, que dejen en este punto de leer, que yo a diferencia del dios cazurro y pejiguero que despachan los cristianos no soy déspota ni tengo mandamientos que cumplir.

Los que queden, ya por masoquismo o por coincidir con mi feroz odio a todo tipo de religión organizada, quiero comunicarles lo que opino de la dichosa campaña publicitaria de los ateos en los autobuses municipales.

Y de toda esa campaña, que barrunto preñada de idiotez, lo que más me ha escandilizado es que la CEE (no confundir con el antiguo Mercado Común Europeo, actual Unión Europea), diga que afirmar que probablemente dios no exista es una blasfemia .

Nos han jodido los profetas, no, no es una blasfemia, es una opinión. La blasfemia según el diccionario de la RAE es: Palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos. Y si los ateos no creen ni en dios, ni la virgen ni en los santos, ya me contaréis donde está la blasfemia.

Blasfemia es que estos monopolizadores del dios ese de los judíos y del carpintero asá de los cristianos lleven tanto tiempo engordando y viviendo como coristas con querido rico, a costa de todos, los que creemos y los que no. Y así se perpetua el negocio y la estafa. Y eso es lo que a estos orondos prelados les aterra, el que de repente todo el mundo caiga en la cuenta de que pueden creer en lo que quieran, allá sea el pato Donald, pero sin intermediarios y se les acabe el chollo.

Quizás la campaña debería ser no contra la poco probable existencia de dios sino contra la segura existencia de tanta sanguijuela que medra entre los ignorantes y los simples en su nombre...