lunes, enero 08, 2007

Por la gracia de Dios

El pobre arzobispo Stanislaw Wielgus, recién nombrado metropolitano de la diócesis de Varsovia, ha tenido que dimitir porque ha reconocido que fue confidente de la policía secreta polaca, durante el régimen comunista.

El buen señor se ha defendido admitiendo que sí, que era espía, pero poco, y por supuesto a la fuerza, y que no hizo nada de lo que le pidieron. Eso se llama presumir de incompetencia, sin duda si fuera español le hubieran hecho jefe de Inteligencia.
A pesar de esas santas virtudes ha tenido que dimitir y el Vaticano ha admitido la dimisión.

Se puede comprender que Stanis no quisiera agarrar la palma del martirio y enfrentarse a los perversos rojos del gobierno, como por otra parte hicieron tantos miles de polacos, no tantos como se dice, ni tan martirio como se cuenta, aún así reprobable, que cada cual tiene derecho a seguir la fe que quiera sin que le den con la estaca.

La pena es que no se aprende de errores pasados, al parecer, y lo que ahora se persigue son a los pocos que no mean pilas ni comen hostias, sagradas, a carretadas. Que ser ateo en Polonia está muy mal visto, que los gemelos que tiranizan esa tierra maldita, son de misa diaria y sangre de mal bicho en las venas.

Algún día habrá, esperemos que no, que algún secretario de partido comunista polaco tenga que dimitir de su puesto por haber tenido que tragarse alguna novena y alguna misa de más...

2 Comments:

Blogger Eduardo L.E said...

Muy oportuna entrada esta. Que van a nombrar rey de Polonia al difunto Juan Pablo II. Es una pena que esto ocurra en un país con la talla científica de Polonia. Copérnico, Curie, los positivistas....y más gente que tu inconmensurable cultura conoce y la mía no...dispara!
Pasate dentro de un rato por mi blog que voy a poner verde a to dios

16:05  
Blogger Tamara said...

La verdad es que ésto es para pasmarse. Qué pena de Polonia y qué pena de mundo. Como diría mi abuela, sería para cogerlo y fundirlo para hacerlo de nuevo.
El clero, qué te voy a decir, da asquito y si la Iglesia tuviera un poco de dignidad se vendría abajo como montaña de azúcar.
En Zamora, mi muy querida Zamora, durante la Guerra Civil, hubo miles de fusilamientos de republicanos en la tapia del cementerio, como en tantos sitios de este país nuestro.
Un cura se sentaba en una silla frente a una fila de hombres y mujeres que habían sido torturados e iban a morir asesinados a continuación. Les daba uno a uno la absolución y, a continuación, les fusilaban.
Decimos de Pinochet, que por desgracia no pudo ser juzgado en la Audiencia Nacional...¿y la Iglesia? ¿Cuándo será juzgada?

21:31  

Publicar un comentario

<< Home